Mensaje de Juan Pablo II a los Scouts de Europa:

Queridos Guías y Scouts de Europa: 

Me alegra daros la bienvenida en esta Audiencia general del miércoles. Durante vuestro encuentro internacional en Viterbo estáis reflexionando sobre el tema "En Cristo todo hombre es mi hermano". En ese contexto, habéis querido realizar una peregrinación a los lugares que el martirio de los apóstoles Pedro y Pablo hizo sagrados, para consolidar vuestra fe y proseguir con mayor empeño la misión que se os ha confiado. En efecto, habéis sido llamados a participar con todo el ardor de vuestra juventud, en la construcción de la Europa de los pueblos, para que a todo hombre se le reconozca su dignidad de hijo amado por Dios y para que se construya una sociedad fundada en la solidaridad y en la caridad fraterna.
Por eso, tenéis la tarea diaria de testimoniar a Cristo resucitado entre vuestros coetáneos, que necesitan dar un sentido verdadero a su vida, tomando conciencia de que, gracias al amor infinito de Cristo Salvador, se abre ante ellos un porvenir lleno de esperanza. Ser cristianos significa actuar siempre como constructores de paz y de unidad en la Iglesia y en el mundo Para vosotros, en particular, significa trabajar dentro de la gran familia de los Scouts, de los que sois hermanos y hermanas, con vuestra pedagogía específica. Si vivís el mandamiento del amor, dice Jesús "conocerán todos que sois discípulos míos" (jn 13, 35).
La ley scout es vuestro ideal. Esa ley os llama a desarrollar los valores humanos fundamentales de la honradez, la lealtad, el sentido del deber bien cumplido, el amor a la naturaleza y el servicio al prójimo. Dando, se recibe; actuando con atención hacia los hermanos, se alcanza la verdadera felicidad. La pedagogía scout os brinda instrumentos valiosos para construir vuestra personalidad. A vuestro lado tenéis jefes y adultos que, guiándoos con firmeza y con delicada paciencia, desean ayudaros a dar lo mejor de vosotros mismos.
Para respetar esa ley scout, programa de una vida recta y atractiva tomad conciencia de la importancia que tiene vivir en la Iglesia y acercarse a los sacramentos.
En la Eucaristía. la comunidad, congregada por el Señor, su Jefe, recibe el alimento para recorrer con coherencia su camino. Reconoced el don extraordinario de Cristo, que viene a morar en todo vuestro ser, haciendo de vuestro cuerpo y de vuestro corazón un templo agradable para El (cf. 1 Co 3,16). Mediante el sacramento de la penitencia, recibido con frecuencia, descubriréis que Jesús confía en vosotros y os ama infinitamente; que se puede superar el pasado, pues el perdón abre un porvenir nuevo. Así, llegaréis a ser cada vez más puros y dueños de vosotros mismos. En un mundo que brinda placeres fáciles e ilusiones falaces, es preciso saber caminar contracorriente, inspirándoos en los valores morales esenciales, los únicos que permiten llevar una vida armoniosa, próspera y serena.
Cada día, en la familia, en la escuela y en vuestro tiempo libre, estáis llamados a vivir en consonancia con los sacramentos del bautismo y de la confirmación, al mismo tiempo, rogad al Espíritu Santo os ilumine en la opción que eligáis
Queridos jóvenes, os invito, en la marco de vuestro movimiento , en las capellanías , en las parroquias o en otros lugares cristianos, a reflexionar en el sentido que queréis dar a vuestra vida. Dios ha puesto en vuestras manos talentos. Algunos de vosotros han escuchado o escucharán la llamada a ser sacerdotes, religiosos o religiosas, o incluso laicos comprometidos en el mundo. Dejad que Cristo os guía y no tengáis nunca miedo a responder como el joven Samuel, para servir en la Iglesia. Cristo quiere que triunféis en vuestra vida, para que resplandezca su luz y podías lograr la felicidad con que quiere colmaros. La Iglesia cuenta con vosotros y con la gran familia scout. Queridos jóvenes, al término de esta Audiencia general, os saludo cordialmente a todos los que provenís de Alemania, Austria, Bélgica, Canadá, España, Francia, Hungría, Italia, Lituania, Luxemburgo, Polonia, Portugal, Rumania Rusia y Suiza. ¿Que jamás se apague en vuestros corazones el deseo de seguir a Cristo, en la Iglesia!. Encomendándoos a la intercesión de la Virgen María, Madre de la Iglesia y Madre nuestra, os imparto de corazón mi bendición apostólica.
Aquí reunidos, en unión con todos vuestros compañeros del mundo entero vamos a rezar para dar gracias al Señor por todo el bien que vuestro movimiento ha hecho desde hace muchas generaciones a la juventud, en Europa y en el mundo entero, implorando para el futuro los mismo frutos, la misma energía, el mismo dinamismo que el movimiento scout ha demostrado durante generaciones. Vamos a rezar también por vuestras familias, por vuestras patrias. Representáis aquí a los diferentes países, a las diferentes patrias. saludo al mismo tiempo al Obispo de Viterbo, que os da hospitalidad en Italia, y a los demás obispos que hacen los mismo en los diferentes puntos de este hermoso país.
Y ahora vamos a rezar en latín: Pater noster. Pienso que vosotros, los scouts, sabéis también latín.
 
Roma, 3 de Agosto de 1994